La ceremonia religiosa fue presidida por el Primado de la IACH, el Revdmo. Héctor Zavala, quien estuvo acompañado por los obispos auxiliares de la Diócesis de Santiago, Rvdos. Alfred Cooper y Nelson Ojeda, junto a clérigos y laicos de congregaciones de la Región Metropolitana.
El servicio, además, contó con la presencia de autoridades gubernamentales y diplomáticas de Chile y Sudáfrica, como el Embajador de Sudáfrica en Chile, George Motlatjo Monyemangene, el Director de la Cámara Chileno Sudafricana de Industria y Comercio, Juan Alberto Ruiz, el Subdirector de Medio Oriente y África del Ministerio de RR.EE, entre otros asistentes.
Mediante una homilía basada en el pasaje de en Lucas capítulo 10, el Revdmo. Héctor Zavala, destacó el ejemplo de palabra y acción que fue la vida del Arzobispo Desmond Tutu, quien fue una voz profética en una campaña mundial que de manera pacífica puso fin a las políticas racistas en Sudáfrica como el Apartheid y ayudó a reconciliar y sanar las heridas de la nación.
“Hoy hemos venido a celebrar la obra de Cristo a través de uno de sus discípulos. Esta obra que salva, libera y transforma la vida de las personas y las sociedades” precisó el reverendísimo.
Asimismo destacó, que “espero que este ejemplo siga inspirando a las generaciones venideras en buscar la justicia y el amor de Dios reflejado en la sociedad. Su alegría, gracia y amor, no dejó indiferentes a aquellos que estuvieron con él. Fue un pacificador por excelencia y supo leer los tiempos y la Iglesia sudafricana estuvo a la altura gracias al testimonio de Cristo a través de él.”
Por su parte el Obispo Auxiliar de la IACH, Alfred Cooper, dijo que el arzobispo llamado cariñosamente como “The Arch” por quienes lo conocían, “fue una figura controversial y conciliadora, liberal y conservadora, que junto a otros lideres sudafricanos, logro lo imposible, una nueva cultura sudafricana, de esperanza en la nación”.
En la ceremonia también participó el Embajador de Sudáfrica en Chile, George Motlatjo Monyemangen, quien agradeció a la Iglesia Anglicana por la oportunidad de celebración del legado de Tutu reconocido por su gran sentido del humor. “Su legado va a continuar , que es el legado del perdón, del amor, y de estar con el pueblo”. “Él fue una figura que reunió el respeto del mundo entero porque fue un verdadero patriota, que amó a su país y trató de hacer lo que pudo para trabajar por la justicia, la paz y la reconciliación”, dijo.
En 1984, Tutu recibió el Premio Nobel de la Paz por encabezar el movimiento no violento contra el apartheid y fue un predicador durante toda su vida sobre el perdón y la paz. En 1994, asumió el cargo de presidente de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Sudáfrica, comité que solicitó a quienes cometieron crímenes durante el apartheid, pedir perdón a aquellas víctimas de una nación fracturada. Su trayectoria de defensa por los derechos humanos lo consagró como una figura clave para la liberación de Sudáfrica.
Revisa el resumen de la ceremonia, a continuación: